Los nicaragüenses atendieron este domingo el llamado a las urnas y los comicios han transcurrido en calma pese a que la oposición continúa denunciando irregularidades en la labor de los fiscales en algunos centros de votación.
Desde primeras horas del día decenas de personas hacían fila en las afueras de diversas escuelas y colegios en Managua, a la espera de la apertura de las mesas.
Personas de todas las edades buscaban sus nombres en los padrones de los colegios electorales y entraban con orden en los recintos.
En las calles de la capital nicaragüense el ambiente se mantiene tranquilo y despejado; los partidarios de los diversos candidatos no han protagonizado manifestaciones.
Las diferentes misiones de observadores iniciaron sus recorridos desde que se abrieron los centros de votación y sus primeras impresiones fueron positivas, aunque aclararon que solo podrán emitir un criterio al final de jornada, una vez que recojan los reportes de los diferentes sectores.
No obstante, fiscales del opositor Partido Liberal Independiente (PLI), sostienen que se han registrado una serie de irregularidades en los colegios electorales, y que los harán de conocimiento de las autoridades y de los observadores.
Uno de los fiscales del PLI, César Dubois, explicó que en la escuela donde trabaja no se le permitió contar las papeletas antes de iniciar la jornada para comprobar que la cifra correspondiente era la correcta.
"Han habido muchas irregularidades, nos dijeron que las boletas electorales ya venían auditadas y que no las podíamos contar por orden del Consejo Supremo Electoral (CSE)", aseguró.
"Ha sido irregularidad tras irregularidad. Tememos que al final del día sea mucho peor y que traten de anular juntas y de que nos presionen más", denunció Dubois.
En otra escuela de Managua, Martina Porta, también fiscal del PLI, dijo que en su junta los representantes del CSE "tienen un padrón paralelo, un listado con nombres y juntas receptoras que no corresponden a este centro de votación" y que tampoco le permitieron contar las papeletas antes de abrir la mesa.
"Además no nos dejaron comprar el padrón que está en la pared con el listado en poder de la secretaria de la junta", acotó.
Estas denuncias contrastan con el ambiente percibido por los fiscales del oficialista Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), quienes aseguran que la jornada transcurre de forma "ejemplar".
"La gente hasta el momento ha venido en orden, no hemos tenido incidentes. Se mira que el proceso va a ser bastante claro y tranquilo. Todo en orden, nosotros seguimos las direcciones del consejo y hasta el momento va todo bien", expresó Mirna Bravo, una de las fiscales sandinistas.
Un total de 3,4 millones de nicaragüenses están habilitados para elegir al nuevo presidente del país, al vicepresidente, a 90 diputados de la Asamblea Nacional y a 20 representantes ante el Parlamento Centroamericano (Parlacen).
El favorito para ganar, según las encuestas, es el presidente del país, el sandinista Daniel Ortega, cuya candidatura es calificada por distintos sectores como "ilegítima, ilegal e inconstitucional", por sus maniobras legales para saltarse la prohibición constitucionalque le impedía aspirar a la reelección.
La Constitución de Nicaragua prohíbe la reelección inmediata, pero magistrados oficialistas de la Corte Suprema de Justicia declararon inaplicable ese artículo, lo que abrió las puertas a la candidatura de Ortega.
Con una intención de voto del 48 por ciento y una ventaja de 18 puntos sobre su principal oponente, el empresario de radio Fabio Gadea, el mandatario sandinista se perfila como virtual vencedor de las elecciones en la primera vuelta, algo para lo que necesita lograr el 35 por ciento de los votos y 5 puntos más que el segundo.
Gadea, del Partido Liberal Independiente (PLI) y de casi 80 años, es seguido por el expresidenteArnoldo Alemán (1997-2002), líder de una coalición encabezada por el Partido Liberal Constitucionalista (PLC).
Los demás candidatos a la Presidencia son el diputado Enrique Quiñónez, de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), y el académico Roger Guevara, de la Alianza por la República (Apre).