Buenos Aires, Martes 18 de Mayo de 2010. |
Amigas y amigos aquí presentes: No es una simple casualidad que estemos realizando este encuentro en un día como el de hoy, donde coinciden dos hechos ligados a la identidad: El 18 de mayo se celebra el día de la escarapela, en Argentina, por esas cintas que se repartieron en la semana de mayo de 1810, para identificar, en una especie de primer documento nacional de identidad, a las personas que apoyaban la revolución emancipadora. Y particularmente en este 18 de mayo de 2010, comienza la semana del bicentenario, que nos obliga a revisar en nuestro pasado de 200 años, aquellos hechos que construyeron nuestra identidad como sociedad, pero en especial reflexionar sobre los próximos 100 años que marcarán la identidad de nuestros hijos y nietos. Para Poder Ciudadano, es un acto de reafirmación de su identidad, compartir con todos ustedes los resultados del programa “Promoción de la Universalidad del derecho a la identidad en América Latina, que con el apoyo del National Endowment for Democracy, NED, venimos desarrollando desde el año 2007. Fue el apoyo de NED lo que permitió que este programa, que tiene como eje la identidad como la llave de acceso a todos los derechos, pudiera comenzar en el conurbano de la provincia de Buenos Aires y llegar hoy a 8 países de la región: Bolivia, Brasil, Costa Rica, Chile, Ecuador, El Salvador, Nicaragua , Perú y Argentina. Una organización como Poder Ciudadano, que impulsa derechos cívicos y participación ciudadana más allá del voto, no podía estar ajena a asumir la promoción del primer derecho de cualquier ser humano, el derecho que se adquiere al momento de nacer. Esto es el derecho a la identidad. La plena vigencia de este derecho no puede sostenerse en programas más o menos exitosos de organizaciones no gubernamentales, sino en políticas públicas a cargo del Estado. Porque el mismo Estado que crea obligaciones a sus habitantes, es el que tiene que garantizarlo. Las organizaciones de la sociedad civil, con el enriquecedor aporte del mundo académico, debemos unir esfuerzos para que los estados puedan garantizar la universalidad del acceso a la identidad. Poder Ciudadano comenzó a trabajar en este tema a partir las necesidades de los propios habitantes del conurbano bonaerense que definieron entre sus prioridades la necesidad de acceder al documento de identidad. Una persona analfabeta es aquella que no sabe escribir su nombre, un país analfabeto es aquel que no puede escribir el nombre de sus ciudadanos. Poder Ciudadano, con esta iniciativa, pone el tema de acceso a la identidad en sintonía con la Organización de los Estados Americanos, representados hoy en este encuentro por Mariana Costa, a quien queremos agradecer su presencia y aportes. La Resolución de la OEA del año 2007, que orienta a los países a la universalización del registro de nacimiento, encuentra en las palabras de su Secretario General José Miguel Insulza, la mejor síntesis cuando afirma que tenemos que lograr que cada ciudadano, desde que nace, “tenga un rostro y una identidad que lo defienda” Así como la pobreza convierte a millones de personas en indocumentados sociales, la carencia de identidad es la base de la pobreza cívica. Sin documentos que acrediten identidad, no existen derechos económicos, culturales y sociales. No hay vivienda digna, no hay trabajo digno y ni siquiera hay garrafa social. No hay derechos válidos sino una gran invalidez social. Una persona sin identidad es un fantasma para el Estado. Los indocumentados no viven en ningún país; sobreviven en el exilio eterno. Pero aún en ese exilio condenatorio de la dignidad humana, hay fuertes asimetrías, como lo demuestra el estudio que estamos presentando en este encuentro. Y la intención es que este material, no sirva para condenar a aquellas naciones más atrasadas en normas y políticas de documentación, sino que las ayude a alcanzar los estándares de los más avanzados. ¿Cuáles serían las asignaturas pendientes en la región en materia de políticas de documentación? Por mencionar algunas: Achicar la brecha de digitalización e informatización de los registros, llegando a los lugares más inhóspitos, con iniciativas como la del camión fábrica de documentación, porque si las personas no acceden a la digitalización, la digitalización debe llegar a ellas. Es fundamental dispersar los registros civiles y reforzar los móviles, como también es importante mejorar la coordinación entre los distintos registros civiles y el Registro Nacional de las Personas. Otro gran desafío consiste en romper con las barreras económicas. Es un gran avance que el primer documento sea gratuito, como lo es en todos los países estudiados, pero todavía debemos garantizar la gratuidad del acceso al segundo documento y de ser necesario, a los posteriores. Pero todos estos desafíos debemos encararlos dentro de un perfil de políticas de estado que eviten por todos los medios que se utilice a la identidad como una excusa para implementar un sistema estatal vigilador y persecutorio o un esquema que denigra a la personas al exigirles certificados de pobreza. Nuestras democracias deben garantizar que el derecho a la identidad sea la base de un modelo de inclusión. De la indocumentación nacen personas que son rehenes de todo tipo de organizaciones abusivas y de la vulnerabilidad de las personas sólo pueden nacer democracias vulnerables. La pobreza, la falta de acceso geográfico, de recursos, la incapacidad para enfrentar situaciones especiales, y el temor al acercamiento a trámites judiciales, ponen a los indocumentados en un lugar de indefensión y sometimiento que ponen en riesgo su integridad física y social, a la vez que los inhabilita para ejercer el derecho a elegir y ser elegidos. En conclusión, las personas no pueden vivir a la intemperie de su propia identidad. El desafío de los estados modernos es construir políticas públicas que fomenten la cultura del cuidado. Y la primera forma de cuidado hacia una persona, es brindarle un nombre que cuide de ella. |
María Batch - Coordinadora de Proyecto |
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Expositores, integrantes y autoridades de Poder Ciudadano. |