Problemas de documentación, impactos electorales
En América Latina, a diferencia de otras regiones, el Estado prevé que cada ciudadana o ciudadano acceda a un documento nacional que da fe de esa identidad. Ese documento, a lo largo de las décadas, se ha convertido en un pasaporte que facilita el acceso a derechos y servicios básicos.
El reconocimiento de la identidad por parte del Estado garantiza a los habitantes el ejercicio de los derechos a la personalidad jurídica, al nombre, a la nacionalidad, a la inscripción en el registro civil, a las relaciones familiares. Por lo tanto, no es casual que su carencia esté tan estrechamente vinculada con la exclusión social.
La ausencia de dicho reconocimiento, implica que la persona no cuenta con constancia legal de su existencia, con la consiguiente dificultad para poder ejercer plenamente, sus derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales; además no tiene acceso a su participación como ciudadano, en contraposición a lo consagrado en la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Carta Democrática Interamericana entre otras.
Poder Ciudadano, con apoyo de la NED, realizó en el 2009 y 2011 el proyecto denominado “Promoción de la Universalidad del Derecho a la Identidad en América Latina - Cumplimiento de los estándares de la OEA mejores prácticas”.
Mediante este proyecto se realizó un análisis comparativo en 18 países de Latinoamérica para determinar cuál era su grado de cumplimiento en relación a los estándares aprobados por la OEA.
A partir de esta investigación surgió el proyecto “Barreras al acceso a la documentación y su impacto en la transparencia electoral” como una continuación del proyecto anterior. En el cual se pone foco en las barreras de acceso al documento de identidad y las consecuencias en el ejercicio del derecho al voto, como producto de las experiencias recogidas.
En una primera etapa se aplicó este proyecto a cuatro países de Latinoamérica: Argentina, Bolivia, Guatemala y Nicaragua. En 2013 se inició la segunda etapa del proyecto y se trabajó con los siguientes países: Chile, Colombia, Costa Rica, Haití1, Perú y Venezuela.
Este año comenzó la tercera y última etapa y se está trabajando con los siguientes países: Brasil, Ecuador, El Salvador, Haití, Honduras, México, Paraguay, Panamá, República Dominicana y Uruguay.
Objetivo
Objetivos específicos
1. Como se incluyó a Haití en esta segunda fase y al no haber participado del proyecto anterior, se decidió trabajar solo con la cuestión documentaria e incluir el impacto electoral en la fase III.