Carmen Somarriba no salía de su asombro cuando comprobó que el nombre de su esposo fallecido aparecía en el censo electoral de su mesa de votación, localizada en el barrio Centroamérica de Managua, la capital de Nicaragua. La mujer afirmó que había notificado el deceso de su marido, Julio Somarriba, para que le dieran de baja en el censo, pero el domingo, cuando asistió temprano a su colegio electoral para votar en las presidenciales nicaragüenses, lo encontró inscrito como uno de los 3,4 millones de ciudadanos convocados a las urnas.
“Cualquiera puede votar en su nombre”, increpó la mujer a los funcionarios electorales a cargo de este colegio electoral capitalino. “Si ellos me permiten voto por él, yo feliz de hacerlo”, ironizó la mujer.
En esta mesa electoral de Managua, marcada con el código 2960, los votantes se quejaban de irregularidades que iban desde la aparición de muertos en el censo hasta gente que no aparecía en las listas, a pesar de afirmar que siempre habían votado en ese distrito
Las denuncias de irregularidades fueron aumentando a lo largo de una jornada electoral tensa, en la que no faltaron quejas por fraude desde grupos de oposición y se registraron hechos violentos en algunas ciudades del interior del país, aunque en Managua la votación se llevó a cabo en calma. En Ciudad Darío, localidad del norte de Nicaragua, organizaciones de observación electoral informaron de que una trifulca entre simpatizantes de la oposición y del oficialismo dejó al menos cuatro heridos.
En Managua, las misiones de observación electoral de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos informaron de que a sus equipos de observadores se les obstaculizó la entrada a varios colegios electorales. En el caso de la OEA, los técnicos no pudieron acceder al 20% de los 52 colegios que habían tomado como muestra para su trabajo de observación.
“Hemos tenido una serie de dificultades. No hemos podido estar en la apertura de mesas electorales. No sabemos porqué... Hemos perdido el radar, mejor dicho, nos han tapado el radar”, dijo el argentino Dante Caputo, jefe de la misión electoral de la OEA. “Es un caso que no había sucedido antes, lo que nos resulta preocupante. Si carecemos de observación, carecemos de un elemento básico para guiarnos a la hora de formar nuestra opinión sobre el proceso electoral”, agregó.
Luis Yáñez, jefe de la misión de observación electoral aseguró que hubo “trampas y opacidad” a lo largo de todo el proceso electoral, mencionando como uno de los principales problemas el hecho de que a los interventores de los partidos de la oposición no se les permitió acceder a varios colegios electorales. “Nos hubiera gustado que el proceso fuera más transparente, más fácil para los actores políticos, tanto con las cédulas, las acreditaciones de los fiscales, las acreditaciones de las observadores electorales nacionales. Para mí el CSE ha puesto demasiadas trabas, a veces inexplicables. No sé por qué tanta opacidad y tantas trampas en un proceso que debería ser limpio y transparente”, dijo Yáñez, europarlamentario español, luego de observar cómo se desarrollaba la votación en una mesa electoral de Managua.
Organizaciones de observación electoral de Nicaragua que no fueron acreditadas por el tribunal electoral para observar el proceso denunciaron que las elecciones nicaragüenses no cumplieron con requisitos mínimos que garanticen su transparencia. Ética y Transparencia presentó un informe en el que afirma que en un 20% de más de 12.900 colegios electorales la oposición no contó con interventores, “lo que dejó al Estado contando solo los votos”.
“No se cumplieron los procesos ni las garantías para tener la certeza de que el voto emitido está siendo procesado según los requisitos que establecen los principios universales en materia de observación electoral y de democracia electoral”, dijo Roberto Courtney, presidente de la organización.
A las ocho de la tarde, hora de Nicaragua, el principal candidato de la oposición, Fabio Gadea Mantilla, compareció en la sede de campaña de su partido, localizada un hotel capitalino, para pronunciarse sobre las denuncias de irregularidades y exigir transparencia en el recuento de votos. “Hoy habló Nicaragua, y con sus votos ha defendido la democracia”, dijo Gadea, vestido totalmente de blanco. “Que nada ni nadie altere la voluntad del pueblo”, agregó el candidato por la Alianza PLI-UNE.
Las autoridades electorales desmintieron las acusaciones de irregularidades. Roberto Rivas, el presidente del Tribunal Electoral, restó importancia a estas denuncias y acusó a la oposición de intentar sembrar el caso en el país. Rivas llamó a los opositores “malos hijos de la patria”, una frase que demuestra el nivel de parcialidad que tiene un personaje fuertemente cuestionado en Nicaragua, a quien los partidos de oposición achacan el fraude denunciado en las elecciones municipales de 2008. Rivas tampoco explicó por qué en Nicaragua los muertos aparecen en el censo electoral, como lo comprobó Carmen Somarriba la mañana del domingo, cuando vio a su esposo inscrito en la lista de votación de mesa electoral.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2011/11/07/actualidad/1320640261_678885.html